Conferencia sobre El Fraude en el Mercado Asegurador

Ese fue el título de la conferencia que se desarrolló el pasado 26 de abril, en el auditorio de la Universidad del Museo Social Argentino, organizada por la Facultad de Derecho de esa casa de estudios y Libra Seguros.

Conocida es la postura de Libra Seguros de demandar a quienes intentar cometer fraude, y no se conforman con lograr el desistimiento, sino que van a juicio cuando logran reunir las constancias necesarias.

En el acto, Disertaron Gabriel Bussola, Presidente de Libra Seguros; el Dr. Mariano Cúneo Libarona, decano de la Facultad de Derecho y titular del Estudio de Abogados que lleva adelante las causas iniciadas por Libra; el Dr. Juan Ignacio Perucchi, Gerente General de la aseguradora; y el Dr. Pablo Alejando González, quien brindó detalles sobre algunos casos recientes.
En el auditorio se pudo ver a Productores Asesores de Seguros, periodistas, liquidadores de siniestros, ejecutivos de la Compañía, y estudiantes de Derecho.

Al inicio, Perucchi enfatizó que el fraude es un delito que el mercado asegurador debe enfrentar frontalmente y llevar adelante políticas que penalicen a los defraudadores.
Perucchi evaluó que aproximadamente entre el 2% y el 3% de las primas se van en siniestros fraudulentos, lo que puede representar entre $80.000.- a $100.000 millones al año.
Además, recordó que el fraude daña a todos, no solo al asegurador, ya que los siniestros fraudulentos pagados porque no se logra detectar la maniobra ilícita, hacen más costoso el seguro para los asegurados honestos, y reduce los fondos disponibles para inversiones de las aseguradoras, siendo que son importantes inversores institucionales para el país.
Perucchi cuestionó que “históricamente, el mercado aseguradora se conformó con lograr el desistimiento del reclamo” y sostuvo que hay que cambiar esa política para encarar un papel más activo en lo judicial en el combate al fraude al seguro.
Por último, señaló: “Tenemos las herramientas jurídicas para combatir el fraude, solo nos falta dar el paso hacia la acción”.

A continuación, Bussola, Presidente de Libra Seguros, afirmó: “Estamos atravesando una profunda crisis económica, social y cultural, y en momentos como este, los delitos se agravan, se acrecientan, y el fraude al seguro es uno de ellos. Los actuales índices de siniestralidad son preocupantes. Y durante mucho tiempo hemos sido muy laxos con distintas cuestiones en el sector asegurador. En cuanto al fraude, es hora de ir a fondo y llevar a la justicia a aquel que delinque”.
En otro momento de su disertación, destacó que “desde mi rol de empresario, debo enfrentar la problemática tanto desde un aspecto económico, en pos de la salud de mi empresa, como desde la visión del sistema asegurador, para proteger una industria que participa en el 3% del PBI y que debe y puede crecer aún más”. Y cerró: “ Solo involucrándonos podremos cambiar la historia. No creo que haciendo siempre lo mismo tengamos resultados diferentes”.

A continuación, llegó el turno del Dr. Mariano Cúneo Libarona, quien resaltó: “No podemos quedar impávidos frente a la realidad del fraude al seguro y el tamaño del daño económico que produce.
El fraude está claramente ligado a la estafa que es la conducta punible en estos casos. El intento de fraude comienza con una maniobra inicial del autor quien despliega un ardid y engaño para que la víctima (la aseguradora) incurra en error y así conseguir el pago, generando un perjuicio patrimonial. Con el ardid y el engaño lo que se deforma es la verdad”.

Luego, citó un ejemplo teórico para sostener que el delito de fraude no depende de la ‘sofisticación’ de la maniobra, sino que un simple intento, por más burdo que sea, ya configura el delito: “Hace algunas décadas, los que trabajábamos en tribunales (yo era joven en esa época) conocimos el caso de una persona que estafó a varias otras con un billete de 100 dólares que en su reverso tenía impresa su propia cara con la leyenda ‘García’, tal era el apellido del defraudador. Varias personas cambiaron ese dólar falso por pesos, y entonces surgió el debate en torno a si no había culpa de los defraudados por caer en una maniobra tan burda, ya que a todas luces el billete era falso. Sin embargo, varios tribunales (porque hubo denunciantes en más de una jurisdicción) llegaron a la conclusión que lo fundamental era la intención de defraudar, más allá de lo burdo del instrumento con el que se consumó el engaño. Es decir, no interesa lo burdo del engaño, lo que importa es si tuvo éxito en el intento. El fraude siempre es con dolo, es a propósito y a conciencia. El monto del fraude gradúa la pena pero no el delito”.

Para finalizar, el Dr. Pablo Alejandro González expuso sobre el análisis de algunos casos de fraude del mercado: “Hemos analizado muchos desistimientos porque es lo que más se ve en el mercado asegurador. ¿Con el desistimiento el defrudador queda exento de la acusación penal? Desistir es una condición previa pero no suficiente, el autor reconoce que lo intentó pero se necesita de más pruebas para robustecer la acusación (testigos, cámaras, etc.). Algunos señalan que si el defraudador desiste de su accionar (se arrepiente) ya no es punible. Nosotros sostenemos que el desistimiento se produce ‘después’ de haber intentado el fraude, cuando es descubierto, por ello no adquiere el carácter de voluntario que podría eximirlo”.

Luego, comentó acerca de dos casos sufridos por Libra Seguros, que fueron objeto de imputación judicial: “Un asegurado de Libra denunció el robo de su auto. Dijo que se reunió con su acreedor prendario y que este junto a otra persona lo amenazaron, le arrebataron el vehículo y huyen con el mismo. El supuesto damnificado realizó la denuncia policial y pidió el pago del vehículo en la compañía. Luego, descubrimos que el mismo entregó voluntariamente el vehículo. El juzgado dictaminó que hubo un ardid y no una simple mentira, una puesta en escena cuyo contenido era falso. La indemnización no se materializó porque se detectó antes. La tentativa de fraude se interrumpió. Y la posición del juzgado fue contundente: se trató de un intento de estafa.
Otro ejemplo es el caso de un asegurado que denunció un siniestro que en realidad había ocurrido previo a la suscripción. Libra se contactó con la otra compañía aseguradora y se descubrió que el siniestro había ocurrido con anterioridad a la fecha denunciada”.

Para finalizar, todos coincidieron en que existen herramientas legales para frenar este flagelo y que el éxito depende, en gran medida, de la voluntad de las aseguradoras de llevar a juicio a los defraudadores.

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